Canchos de la Silleta

Si por algo se caracteriza Extremadura, y concretamente, la provincia de Cáceres en particular, es por la amplia cantidad de espacios verdes que atesora, y por los verdaderos monumentos naturales de los que se puede disfrutar. Un ejemplo de esto son los Canchos de la Silleta, los cuales te invitamos a conocer.

Parajes y monumentos naturales como el que hablamos, únicamente se pueden contemplar en faldas y laderas de cadenas montañosas, y la provincia de Cáceres, ofrece muchos espacios, totalmente naturales que facilitan poder admirar estos verdaderos monumentos naturales.

Haz las maletas y súbete, te invitamos a disfrutar de este verdadero monumento natural.v

¿Dónde se encuentran los Canchos de la Silleta?

De camino desde Cáceres a Plasencia, encontramos la localidad de Cañaveral, pues a 5 kilómetros de la misma, el Cancho de la Silleta es el punto más elevado de la denominada Sierra de Cañaveral.

Para llegar hasta la cima del mismo, debes saber que existen diversos senderos que conducen hasta la cima de este pico, que se encuentra a 826 metros de altitud y todos ofrecen valores que justifican la subida.

¿Cómo llegar a los Canchos de la Silleta

Para llegar a los Canchos de la Silleta, podemos ofrecerte varias opciones para llegar y disfrutar de este maravilloso enclave de nuestra provincia de Cáceres.

Una de dichas opciones es salir desde Cañaveral, atravesado por la carretera nacional 630 y junto a la autovía A-66. En esta primera alternativa, podemos indicarte que no dejes de visitar la Villa de Arco o “Arquillo”, un pequeño semiabandonado que nos recibe con el espectacular tronco de su olmo centenario.

Además, entorno al paraje denominado Arquillo, y mirando al sur, se muestra una interesante panorámica del imponente embalse de Alcántara.

En la cima, vas a poder disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece este paraje natural, sumamente interesante y recomendable su visita.

Otras de las alternativas para llegar y disfrutar de La Silleta va a discurrir alrededor del Embalse de Portaje o Torrejoncillo, pero también la Sierra de Gata, Hervás y Béjar, así como parte del Valle del Alagón.

Precisamente, seguir esta ruta, nos permite descender la sierra por su vertiente norte, dándonos la posibilidad de llegar hasta el Monasterio de El Palancar, monumento religioso representativo de la Edad Moderna, fundado por San Pedro de Alcántara en el año 1557 y que aún proporciona servicio a la orden franciscana.

Su carácter de atalaya, con la garantía de la presencia del agua del arroyo de Valdecoco, nos explica el porqué de la existencia de algunos interesantes restos arqueológicos en yacimientos que datan de la época romana.

¿Qué ver en los Canchos de la Silleta?

En atención a lo que ya hemos contado, a continuación, procedemos a decirte la fauna, flora y orografía de la que vas a poder disfrutar cuando visites los Canchos de la Silleta.

Dado que este verdadero monumento natural se encuentra entre sierras, las mismas se localizan en el extremo este de la zepa Canchos de Ramiro y Ladronera y constituyen el corredor natural de la zepa Dehesas de Monfragüe hacia Portugal, dando continuidad a la cadena montañosa que vertebra la provincia de Cáceres.

Cuando discurras bien a pie, bien en coche por sus laderas, vas a poder disfrutar de excelentes dehesas de encina y de alcornoque, con numerosos ejemplares de gran porte. En algunas zonas se conservan manchas de bosque mediterráneo con densos madroñales y brezales.

En lo que a la fauna se refiere, cabe reseñar que es un excelente lugar para observar algunas de las rapaces más amenazadas de Extremadura, como el águila imperial ibérica, el águila perdicera o el buitre negro, que cuenta con una pequeña colonia en esta área.

En los grandes alcornoques también nidifica la cigüeña negra, la cual vas a poder admirar mientras se alimenta en los arroyos y charcas que circundan todo este gran paraje.

El carácter forestal de estas sierras, en las que también hay presencia de castañares y de repoblaciones de pinos, favorece la presencia de rapaces como el águila culebrera, o el azor, que pueden observarse con relativa facilidad.