¿Cómo son los cacereños? ¿Y su carácter?

¿Quieres saber cómo somos los cacereños? Te mostramos una pequeña descripción (imparcial) de cómo son las gentes de nuestra ciudad.
Cómo son los cacereños

Antes de hacer un viaje siempre es aconsejable informarse un poco sobre el lugar: qué visitar, a qué zonas ir, qué es lo más importante y cómo son sus gentes. En este caso, te preguntarás cómo son los cacereños.

Seguramente habrás escuchado alguno de los tópicos que se vierten sobre nosotros: que si somos paletos, que si somos muy brutos al hablar o que si somos unos bordes y antisociales.

Y aunque habrá de todo, porque hay de todo en la villa del señor, estas generalidades no hacer otra cosa que dar mala fama a los cacereños, además de ser mentira.

Déjame que te explique cómo son los cacereños en boca de un cacereño.

Lo primero que tienes de saber de nosotros es que la mayoría somos buena gente. Sí, eso de que los cacereños son antisociales es mentira, ya que no hay cosa que nos guste más que salir a disfrutar de un rato agradable con nuestros amigos o familiares.

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Si vienes de turismo cualquier fin de semana lo más normal es que por casi cualquier zona por la que pases la encuentres llena de gente dando un paseo, haciendo ejercicio, o simplemente disfrutando de sus ratos libres en buena compañía.

En cuanto al mito de que en Cáceres somos unos bordes nuestro consejo es que preguntes a cualquier cacereño lo que sea.

Pregunta por una dirección como llegar a tal sitio o dónde poder aparcar, y verás cómo te responden con la mejor información posible y total amabilidad. Y si no pueden ayudarte, serán sinceros y te dirán que le preguntes a otra persona.

El espíritu de los cacereños es noble, y siempre está dispuesto a echar una mano al que lo necesite. Y si al hablar con alguno tienes una mala experiencia prueba con el siguiente, que por estadística alguna oveja negra siempre hay.

En cuanto al mito de que los cacereños hablan bruto y raro, otra de esas mentiras tan extendidas.

A la mayoría de los cacereños se nos entiende perfectamente al hablar, y de hecho, si tienes la ocasión de entablar conversación o de sentarte en algún parque a escuchar cómo hablan y su acento, te enamorarás de su forma de hablar.

Palabras como chambergo o tupío quedarán en tu vocabulario, y tras unos días en Cáceres le irás llamando “acho” a todos los que conozcas. Casi podría decirse que tenemos nuestro propio idioma.

En cuanto a la seguridad de la ciudad, los cacereños en ese sentido somos gente muy tranquila. Nos gusta salir y divertirnos como a todos, y no solemos ir buscando peleas ni problemas.

Siempre puedes encontrarte a alguien así, pero no es lo general. Lo único que no nos gusta es que nos molesten.

Y podrás pasear por sus calles tranquilamente sin la preocupación de que te roben, ya que en Cáceres los robos son pocos a lo largo del año. Como turista siempre hay que estar atento, ya que es un blanco fácil, pero aún así es difícil que te pase nada.

Y si se te cae algo al suelo y algún cacereño lo ve, lo más probable es que se acerque, te avise y te lo devuelva.

Los cacereños somos gente sencilla, humilde y (casi) siempre con ganas de ayudar al prójimo. Los cacereños somos cacereños.

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