La leyenda del Pozo de los Enamorados

Hoy vamos a conocer qué hay detrás de la leyenda del Pozo de los Enamorados de Cáceres. Una leyenda poco conocida tanto para los que somos de Cáceres, por lo que lo es aún más para los que son de fuera.

No se trata de una historia de cuento de hadas, con final feliz. Pero sin duda es una leyenda que todos deberíamos conocer… Y a partir de ahora la vas a conocer.

La historia del Pozo de los Enamorados de Cáceres comienza como muchas otras, con una joven, en este caso llamada Margarita (aunque en también se dice que se llamaba Mariquita), y un chico llamado Julián.

Se dice que la muchacha, perteneciente a una familia adinerada de la localidad, se fijó en el hijo de un albañil y con el paso de los días, se enamoraron perdidamente.

Julián estaba realizando trabajos para mejorar la Casa-Palacio en la que Margarita vivía y cada tarde, al final de la jornada de trabajo, ambos se reunían para pasear y contarte aquello que les preocupaba o les gustaba.

Así pasaron los días, entre conversaciones y buenos momentos. Pero su alegría se cortó en el momento en el que padre de la joven Margarita, se enteró de la noticia.

Este no veía con buenos ojos la relación entre su acaudalada hija y el joven albañil, sólo por la diferencia social entre ambos y prohibió a su hija salir de casa en todo momento.

Los jóvenes se sintieron morir. Sólo querían estar el uno con el otro. Pero era imposible verse, dado que Margarita no podía salir… Y así transcurrieron los meses en la distancia, pero la llama del amor no se enfrió.

Una domingo en el que Margarita pudo acudir al Santuario de la Virgen de la Montaña, se produjo el reencuentro.

Los enamorados pasaron el tiempo juntos y rezaron durante tiempo a la Virgen para poder estar juntos para siempre.

Desde la montaña de Cáceres, la pareja se marchó hasta la zona que hoy se conoce como el Cuartillo y allí, al lado del pozo llamado Cuartuja, dejaron una serie de prendas recuerdo y ofrendas de su amor: una gargantilla, unos pendientes, un lazo, una cadena, un reloj y una carta en la que se juraban amor eterno, envuelta en un pañuelo de seda.

El dejar esas cosas tiene un gran significado para los amantes. Ella quiso despojarse de todo aquello que llevaba de valor encima, para ser igual a él por toda la eternidad.

Una vez echa la ofrenda, ambos enamorados se dieron un cálido beso de amor eterno y unieron sus cuerpos por la cintura con la faja negra del que típica de los ropajes de antaño.

La desgracia era tan grande y su amor tan fuerte, que no querían volver a estar separados, por lo que decidieron lanzarse a las profundidades del pozo para seguir unidos durante toda la eternidad.

Desde entonces a dicho pozo se le conoce como El Pozo de los Enamorados y, evidentemente, su historia es la Leyenda del Pozo del Amor más puro y verdadero.

Romance del Pozo de los Enamorados de Cáceres

De esta leyenda, y para darla a conocer con el paso de los siglos, se escribió un romance que dice lo siguiente:

“En la bujarda del pozo

la gargantilla quedó

y los pendientes y el lazo,

la cadena y el reló.

En la bujarda del pozo

una carta quedó escrita

con un pañuelo de seda

de su novia Mariquita.

En el pozo de Cuartujo

es preciso echarle llave,

que no se vuelvan ahogá

hijos de tan buenos padres.

En el pozo de Cuartujo

con vara y media de agua

se han ahogado dos amantes

atados con una faja.

En el pozo de Cuartujo

por aquellas estrechuras

se han ahogado dos amantes

atados por la cintura.“

^{FUENTE: GIL GARCÍA, BONIFACIO. Relación de los amantes suicidas de Cáceres. En Cancionero Popular de Extremadura.}

¿Dónde se encuentra el Pozo de los Amantes de Cáceres?

Como hemos comentado anteriormente, el Pozo del Cuartujo sigue presente en nuestros días, en lo que se llama Parque del Cuartillo.

Un parque situado a las afueras de la ciudad, dirección carretera de Madrid y muy cerquita del nuevo Hospital Universitario.

En él, justo al lado de la zona de juegos infantiles, sigue presente este pozo de leyenda.

Por desgracia, muchos de los padres que llevan allí a sus hijos, y la mayoría de los pequeños, no saben de la importancia ni de la historia de un pozo a cuyos pies juegan.